¿Cómo fue el accionar policial durante las manifestaciones contra Manuel Merino?
- 16 nov 2020
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Actualizado: 24 nov 2020

"No sabía que en Lima había tantos policías. ¿Dónde están el resto de días?" - Jaime Cordero
A causa de la asunción en el cargo como presidente de Manuel Merino, se generaron distintas manifestaciones en el Perú. Todo ello, debido a que muchos peruanos no se sentían conformes con que el ex presidente del Congreso sea su representante del país. Y es que recordemos, Merino de Lamas, asumió el cargo del Poder Ejecutivo tras la vacancia en contra de Martin Vizcarra.
Tras la disconformidad de los manifestantes por el cambio en el cargo de la presidencia, se empezaron a organizar distintas marchas por redes sociales, dónde no solo se saldría a protestar en la capital sino también en el interior del país.
Primera marcha nacional (12 de noviembre)

El repudio de los manifestantes era clarísimo, al igual que su objetivo, sacar a Manuel Merino del cargo. Y es que, la amenaza era latente, no pensaban dejar de marchar si este no salía del puesto. A raíz de ello, se iniciaron marchas pacíficas que lamentablemente terminaron manchadas por la cantidad innumerable de bombas lacrimógenas lanzadas por la Policía Nacional del Perú, que tenían un único fin. Callar, amedrentar y generar antipatía con las personas que asistieron a los puntos de concentración. Y es aquí, donde se generaron los primeros disturbios, especialmente, en la zona de Jirón de la Unión en el centro de lima dónde los policías por dispersar a los manifestantes y alejarlos de la zona empezaron a utilizar con una mayor constancia estas bombas que por el ardor de sus ojos impedia y obstaculizaba su visión.
Segunda marcha nacional (14 de noviembre)

Esta fue la movilización masiva y con mayor repercusión durante los días de marcha en el Perú. Pero también, dónde más personas afectadas salieron. Tal cómo lo señalan algunos de mis compañeros en sus respectivos post, esta marcha, tuvo como punto de encuentro principal la Plaza San Martin. Esa tarde inició como un juego, iniciando con la llegada del popular Richard Cisneros, que por figurar frente a las cámaras que transmitían la marcha conllevo a que muchas personas pidan su retiro del lugar. La horas avanzaban, y las calles se cerraban, quedando sólo una única salida en los alrededores de la plaza para que los manifestantes se retiren. Y es que aquí, donde empieza la mayor pesadilla.
Con el fin de dispersar a las personas, policías empezaron con el abuso de poder. Lanzando perdigones, canicas y algunos disparos al aire, que cobraron con la muerte de dos jóvenes, Inti Sotelo y Bryan Pintado, que solo era un par de defensores de la democracia. Que tenían como fin principal, alzar su voz de mando y reprocharle a las autoridades su total repudio ante la asunción desmesurada de poder.
No se imaginan la cantidad de personas que fueron heridas y que también desaparecieron, ¿Con qué fin? si solo era una marcha pacífica dónde muchos de los peruanos demostraban su disconformidad, solo ello, pero ¿por qué reaccionar de esa manera? Colocar imágenes, videos o cualquier material multimedia es censurado por este portal, por ello, el motivo no colocarlo. Y es que las imágenes son escalofriantes y duras de tomar, nadie olvidará este día.
No solo por qué la mayoría de peruanos no durmió, debido a las constantes noticias que seguidamente salían en los medios de comunicación y redes sociales; que se encargaron de informar y mantener al tanto a la sociedad.
Un accionar totalmente deplorable.
Por: Valeria Mendoza
Cómo lo señale desde el inicio de esta redacción, existió un total abuso de autoridad. Uso excesivo de bombas lacrimógenas, perdigones, canicas, ciertos tiros al aire con armas de fuego; todo ello para hacernos bajar la guardia, para callarnos la voz. Pensando y creyendo, que su accionar quedaría impune y que nadie hablaría sobre ello. Pero no fue así, gracias a la tecnología y la repercusión que esta tiene en las redes sociales, vimos su verdadero trato.
Ese trato lamentable que conllevo la muerte de esos muchachos y es triste, por qué aún no existen responsables por su muertes. Agradezcan que existen y tienen a personas que los apoyan. Que tratan de tapar el sol con un dedo y quizá esperar unos días más para tratar de realizar que nos olvidemos de todo.
Hace meses, al inicio de la cuarentena, era tradición salir a las calles a aplaudirlos. Pero ahora, esos aplausos y cacerolazos solo serán destinados hacia dos personas y a los miles de manifestantes que salieron a marchar, por su país y por su democracia. Es la generación del Bicentenario y ahora, saben que nadie nos podrá callar.
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